dimarts, 1 de maig del 2012

Día 2 de enero del 2012,

Seis de la mañana, pequeño. Me acabo de despertar y estás a mi lado en la cama. Es muy temprano y por lo que te conozco aún te quedan horitas de sueño, mejor, es bueno descansar. Ayer lo pasemos genial. Ayer me cantaste, me recitaste al oído. Oh si, no todos los días tengo el placer de escucharte dedicarme unas palabritas bonitas en forma de susurro. Nos enrollemos en las sabanas de la cama de tus padres, nos besemos, nos abrazamos y hasta nos tiremos sonrisas el uno al otro. Saltemos en la cama, te tiraste encima mío para besarme locamente, y hasta me agarraste de la cintura para evitar que me alejara de ti. Me echaste tu desodorante de hombre por toda la cara para que me tragara el perfume y reír los dos sin parar, me echaste tu la crema en las piernas después de la ducha, tu me enjabonaste el cuerpo y el pelo en la ducha, tu me hiciste la coleta cuando me molestaba el pelo. Tu me hiciste la cena, me trajiste la leche de por la noche como siempre. Definitivamente me quedaría contigo todas las noches, tardes, mañanas, madrugadas contigo porque no hay nada mejor que tu compañía. Siento que me quieres. Siento que estás, siento que viniste para quedarte y sí por favor, quédate! Te estas moviendo, creo que sabes que estoy despierta así que voy a darte un buen beso de buenos días. Te dejo. Te quiero mi vida.